Días nublados y sonrisas gigantes
miércoles, 11 de diciembre de 2013
viernes, 30 de agosto de 2013
Cereza del pastel y cocinera
Últimamente me he topado con mucha propaganda feminista, con la que no estoy completamente de acuerdo.
Estoy estoy en completo desacuerdo con que la mujer sea usada como un objeto sin criterio, ni voluntad propia, que se dedica única y sumisamente a ser el objeto de placer del hombre (como nos lo muestran en una cantidad innumerable de programas de televisión). También estoy en contra de que se desvaloricen y se reprueben las arrugas, las "llantitas", las canas, el pelo natural y sin peinar, los labios delgados, las manos y pies grandes, las piernas delgadas, la piel desteñida, el vello corporal, las narices grandes, los ojos pequeños, los pechos y trasero pequeño, la cintura grande, los vestidos sin escotes, los zapatos cómodos, los pantalones holgados, los trajes de baño completos y las pijamas de franela.
Con esto no quiere decir que este a favor de la obesidad, la flojera y el descuido personal, pero primero que nada, les aseguro que ninguna mujer en el mundo quiere ser gorda, pero es horrible estar contando las calorías y sentirse culpable cada vez que comes algo con azúcar o grasa. Mi punto es que las mujeres son valiosas u odiosas por lo que son, no por lo que parecen. Además de que tienen el derecho de sentirse libres de no depilarse, comer un pastel con chocolate, usar ropa holgada, zapatos cómodos y no peinarse el día que quiera, sin que la gente las critique, juzgue o menosprecie. Una chica con una cintura que mide 95 cm, tiene el mismo derecho de recibir la atención y respeto de sus compañeros y colegas, que aquella que tiene una cintura de 65cm.
Hace no mucho tiempo, yo criticaba a las chicas que se casaban alrededor de los 20, tenían una familia y se dedicaban a educar a sus hijos, A pesar de que mi madre es una de ellas, y no solo no estoy en contra de que se haya dedicado completamente a la familia, si no que estoy totalmente agradecida y no tengo palabras para expresar mi admiración, pues todos los que tenemos el gusto de conocerla sabemos que no solo tiene un infito potencial para realizar muchísimas tareas si no que además le encantaría poder hacerlas, pero hace ya más de veinte años decidió que su prioridad sería su familia.
Siempre justificaba mi incoherencia, diciendo algo equivalente a "eran otros tiempos", pero unos días atrás me di cuenta que odio cuando la gente usa esa frase para justificar sus críticas hacia la cantidad de hijos que han tenido mis padres. Por lo que me puse a pensar y llegue a la conclusión de que estaba completamente mal, por lo que pido una disculpa por todas aquellas personas a quienes se los dije.
Es cierto, que las mujeres pueden hacer más que eso, podemos ser astronautas, mecánicas, albañiles, taxistas, científicas, maestras, contadoras, abogadas, comerciantes, millonarias, presidentes, esposas, alpinistas y todo lo que nos propongamos. Pero eso no significa, que ser ama de casa y madre, sea una labor dócil y humillante, y mucho menos fácil. Es igual de valiosa y respetable que cualquier otra labor. Solo son diferencias de vocación.
Estoy estoy en completo desacuerdo con que la mujer sea usada como un objeto sin criterio, ni voluntad propia, que se dedica única y sumisamente a ser el objeto de placer del hombre (como nos lo muestran en una cantidad innumerable de programas de televisión). También estoy en contra de que se desvaloricen y se reprueben las arrugas, las "llantitas", las canas, el pelo natural y sin peinar, los labios delgados, las manos y pies grandes, las piernas delgadas, la piel desteñida, el vello corporal, las narices grandes, los ojos pequeños, los pechos y trasero pequeño, la cintura grande, los vestidos sin escotes, los zapatos cómodos, los pantalones holgados, los trajes de baño completos y las pijamas de franela.
Con esto no quiere decir que este a favor de la obesidad, la flojera y el descuido personal, pero primero que nada, les aseguro que ninguna mujer en el mundo quiere ser gorda, pero es horrible estar contando las calorías y sentirse culpable cada vez que comes algo con azúcar o grasa. Mi punto es que las mujeres son valiosas u odiosas por lo que son, no por lo que parecen. Además de que tienen el derecho de sentirse libres de no depilarse, comer un pastel con chocolate, usar ropa holgada, zapatos cómodos y no peinarse el día que quiera, sin que la gente las critique, juzgue o menosprecie. Una chica con una cintura que mide 95 cm, tiene el mismo derecho de recibir la atención y respeto de sus compañeros y colegas, que aquella que tiene una cintura de 65cm.
Hace no mucho tiempo, yo criticaba a las chicas que se casaban alrededor de los 20, tenían una familia y se dedicaban a educar a sus hijos, A pesar de que mi madre es una de ellas, y no solo no estoy en contra de que se haya dedicado completamente a la familia, si no que estoy totalmente agradecida y no tengo palabras para expresar mi admiración, pues todos los que tenemos el gusto de conocerla sabemos que no solo tiene un infito potencial para realizar muchísimas tareas si no que además le encantaría poder hacerlas, pero hace ya más de veinte años decidió que su prioridad sería su familia.
Siempre justificaba mi incoherencia, diciendo algo equivalente a "eran otros tiempos", pero unos días atrás me di cuenta que odio cuando la gente usa esa frase para justificar sus críticas hacia la cantidad de hijos que han tenido mis padres. Por lo que me puse a pensar y llegue a la conclusión de que estaba completamente mal, por lo que pido una disculpa por todas aquellas personas a quienes se los dije.
Es cierto, que las mujeres pueden hacer más que eso, podemos ser astronautas, mecánicas, albañiles, taxistas, científicas, maestras, contadoras, abogadas, comerciantes, millonarias, presidentes, esposas, alpinistas y todo lo que nos propongamos. Pero eso no significa, que ser ama de casa y madre, sea una labor dócil y humillante, y mucho menos fácil. Es igual de valiosa y respetable que cualquier otra labor. Solo son diferencias de vocación.
lunes, 26 de marzo de 2012
Las peluquerías... un lugar de depresión
Desde hace años he tenido problemas con la eficiencia de la comunicación. Todo empeoro cuando empecé a leer filosofía, muchos de mis castillos de algodón eran devorados por gigantes de negro que presumen un sombrero con un signo de interrogación.
Mientras crecía esto parecía no tener manera de mejorar, mi mente se iba llenando de frases, como: es imposible saber que los demás entiendan exactamente lo que dices, jamás voy a saber si logré hacerlos sentir lo que siento utilizando nuestra única precaria herramienta del lenguaje, vivimos aislados en nuestras cabezas.
Pero este fin de semana, todas mis terribles sospechas han sido clarificadas. Nada demuestra mejor nuestra incapacidad de comunicarnos, como un mal corte de cabello. Así que pido un minuto de silencio, por todos esos cabellos que han sido mutilados en vano a causa de nuestro triste encierro.
Mientras crecía esto parecía no tener manera de mejorar, mi mente se iba llenando de frases, como: es imposible saber que los demás entiendan exactamente lo que dices, jamás voy a saber si logré hacerlos sentir lo que siento utilizando nuestra única precaria herramienta del lenguaje, vivimos aislados en nuestras cabezas.
Pero este fin de semana, todas mis terribles sospechas han sido clarificadas. Nada demuestra mejor nuestra incapacidad de comunicarnos, como un mal corte de cabello. Así que pido un minuto de silencio, por todos esos cabellos que han sido mutilados en vano a causa de nuestro triste encierro.
viernes, 9 de diciembre de 2011
Una triste carta del amor verdadero...
Lo que siempre pasa conmigo es que suelo ser un regalo sorpresa muy grande y llamativo, por lo general llego inesperadamente y a veces aún cuando la gente ya se había resignado a no tenerme. Por lo tanto siempre soy aquel obsequio que recibes con toda la emoción, adrenalina y euforia que pueda existir en el mundo.
El problema, es que tengo tantas pero tantas envolturas que cuando me empiezan a quitar la primera, como niños en una fiesta de cumpleaños, no se fijan en el color de la envoltura, mucho menos cuanta cinta usaron para envolverme o donde la fueron colocando cuidadosa y sutilmente. Muy a menudo, tampoco se fijan en el segundo, tercero, cuarto y quinto pliego, pero cuando llegamos al sexto, séptimo y octavo, se van dando cuenta de que color eran. Es de esperarse que para los siguientes tres se van dando cuenta de cuanta cinta usaron en cada uno y obviamente en los siguientes cinco saben perfectamente cuales son todos los parches y remiendos que hicieron en cada hoja de papel que utilizaron para envolverme.
Por todo ello, siempre les pasa lo mismo que le pasa a un niño cuando le das un regalo como yo, generalmente, no lo terminan de abrir y si lo hacen ni siquiera se dan cuenta cuando verdaderamente llegan al regalo u otras veces aún ya teniendo el regalo en las manos no se dan cuanta de que ya lo tienen.
Es evidente que terminemos con un par de problemas. El primero que se me viene a la mente, es que paso de ser aquella cosa que es lo único que les importa en el mundo y desean como a nada mas, a algo de muchos colores, generalmente no todos combinan y en varias ocasiones son tan contrastantes que llegan a parecer molestos para la vista, además estoy lleno de cinta y parches por todas partes. Por lo que es muy sencillo intuir que me vuelvo una decepción, a veces demasiado grande.
El otro problema que soy capaz de distinguir, es que yo paso todo ese tiempo adentro de la caja. Primero escuchando la emoción con que me reciben y me comienzan a desenvolver, después, como se van desilusionado poco a poco. Pero siempre pienso que cuando me descubran al final todo se solucionará y esa emoción volverá, pero eso es muy raro que pase. Como he explicado, al final por lo regular me quedo gritándole al viendo sorpresa, mientras los ojos ven a otra parte y los pies se alejan cada vez un poco más, pues después de verme lo único que se les viene a la cabeza es tanto tiempo y esfuerzo para esto o aún mejor simplemente paso desapercibido.
El problema, es que tengo tantas pero tantas envolturas que cuando me empiezan a quitar la primera, como niños en una fiesta de cumpleaños, no se fijan en el color de la envoltura, mucho menos cuanta cinta usaron para envolverme o donde la fueron colocando cuidadosa y sutilmente. Muy a menudo, tampoco se fijan en el segundo, tercero, cuarto y quinto pliego, pero cuando llegamos al sexto, séptimo y octavo, se van dando cuenta de que color eran. Es de esperarse que para los siguientes tres se van dando cuenta de cuanta cinta usaron en cada uno y obviamente en los siguientes cinco saben perfectamente cuales son todos los parches y remiendos que hicieron en cada hoja de papel que utilizaron para envolverme.
Por todo ello, siempre les pasa lo mismo que le pasa a un niño cuando le das un regalo como yo, generalmente, no lo terminan de abrir y si lo hacen ni siquiera se dan cuenta cuando verdaderamente llegan al regalo u otras veces aún ya teniendo el regalo en las manos no se dan cuanta de que ya lo tienen.
Es evidente que terminemos con un par de problemas. El primero que se me viene a la mente, es que paso de ser aquella cosa que es lo único que les importa en el mundo y desean como a nada mas, a algo de muchos colores, generalmente no todos combinan y en varias ocasiones son tan contrastantes que llegan a parecer molestos para la vista, además estoy lleno de cinta y parches por todas partes. Por lo que es muy sencillo intuir que me vuelvo una decepción, a veces demasiado grande.
El otro problema que soy capaz de distinguir, es que yo paso todo ese tiempo adentro de la caja. Primero escuchando la emoción con que me reciben y me comienzan a desenvolver, después, como se van desilusionado poco a poco. Pero siempre pienso que cuando me descubran al final todo se solucionará y esa emoción volverá, pero eso es muy raro que pase. Como he explicado, al final por lo regular me quedo gritándole al viendo sorpresa, mientras los ojos ven a otra parte y los pies se alejan cada vez un poco más, pues después de verme lo único que se les viene a la cabeza es tanto tiempo y esfuerzo para esto o aún mejor simplemente paso desapercibido.
domingo, 27 de noviembre de 2011
Eres mi sonrisa de Cheshire
Todas las noches
cuando el sol comienza a coquetarle al horizonte
tornandose algunos dias tan cursi, que el cielo se pinta de rosa
es imposible que no te recuerde,
que cuente las estrellas mientras pienso en ti
Día con día me resulta inevitable asomarme por la ventana
a revisar si aquellas constelaciones que me mostraste cuando estabas cerca, siguen ahí.
El firmamento se a convertido en una brujula que solo apunta hacia ti,
no importa donde vea, las estrellas forman tu nombre.
Y aunque la luna brilla como nunca,
como si intentara borrarte de mi mente,
el viento dice tu nombre suave y sutilmente,
recordandome que un día estuviste aquí.
cuando el sol comienza a coquetarle al horizonte
tornandose algunos dias tan cursi, que el cielo se pinta de rosa
es imposible que no te recuerde,
que cuente las estrellas mientras pienso en ti
Día con día me resulta inevitable asomarme por la ventana
a revisar si aquellas constelaciones que me mostraste cuando estabas cerca, siguen ahí.
El firmamento se a convertido en una brujula que solo apunta hacia ti,
no importa donde vea, las estrellas forman tu nombre.
Y aunque la luna brilla como nunca,
como si intentara borrarte de mi mente,
el viento dice tu nombre suave y sutilmente,
recordandome que un día estuviste aquí.
Se nos cae el rodio de las manos...
La vida corre como agua en el desierto,
la vemos pasar mientras nos vamos con ella y ni siquiera nos damos cuenta.
Somos lagos que se secan,
de donde bebe este mundo para emborracharse.
Nos ofrecemos al primer postor,
olvidado el significado del respeto,
y dificilmente recordamos que la palabra dignidad aún existe.
Así, es como nuestra vida se nos va,
sin un camino
y mucho menos con un sentido.
Pero hoy al abrír los ojos,
después de un largo tiempo
sentí que volví a respirar.
la vemos pasar mientras nos vamos con ella y ni siquiera nos damos cuenta.
Somos lagos que se secan,
de donde bebe este mundo para emborracharse.
Nos ofrecemos al primer postor,
olvidado el significado del respeto,
y dificilmente recordamos que la palabra dignidad aún existe.
Así, es como nuestra vida se nos va,
sin un camino
y mucho menos con un sentido.
Pero hoy al abrír los ojos,
después de un largo tiempo
sentí que volví a respirar.
Escalofríos
Te extraño, no porque me aferre a ti o mi vida se detenga sin ti.
Te extraño porque por instantes siento un ligero escalofrío en la espalda y se que si estuvieras a mi lado eso seria una abrazo, porque se que ahora estaría sonriendo, porque haces que mi vida tome un color mas vivo, mas alegre.
Te extraño porque me gusta extrañarte, como si sentir esta necesidad de tenerte me causara algún tipo de placer.
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